6.10.09

Chíngate

En una de las entradas de este blog escribí que “el blog puede —aquí escribiría “debe”— tener silencios en su partitura, igual que la respiración y el pensamiento”. Aún lo sostengo, sin embargo, tampoco podemos confundir el silencio con la patanería, es fácil callar cuando no se tiene disciplina, y el silencio del perezoso no es el del que crea. Lo mío, lo confiezo, ha sido dejadez, estulticia. Así que veamos estas lineas como un reproche.

Y la solución no es la periodicidad, corpiño semanal, quizá sea sentarse ante el teclado tan pronto llegan las ideas, que al fin el blog también es un cuaderno de notas compartidas.

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