12.4.14

Días de facultad XXXII

Leo que todas las dependencias de la UNAM se suman al pronunciamiento del Consejo Técnico de la Facultad de Filosofía y Letras en el que, entre otras cosas, se manifiesta: “[La] determinación de sumarse a los esfuerzos dirigidos a generar las condiciones necesarias y a instrumentar los mecanismos universitarios que conduzcan a la solución de este problema". Me sumo (ya lo hice, con todo y número de trabajador), pero dudo que por los "mecanismos universitarios" (qué lindos son los eufemismos), logremos salir del atolladero.
Para explicarme, daré un rodeo. Los "mecanismos universitarios" a los que se refiere el pronunciamiento no son, si entiendo bien, otra cosa que el uso de la razón y el diálogo abierto. He defendido en libros y textos que el diálogo razonable es la mejor forma de justificar las normas a partir de las cuales las personas deben regir su conducta. Un pluralismo razonable de principios. Autores importantes siguen el mismo camino (en realidad yo sigo el de ellos y ellas). Por ejemplo, tanto Rawls, como Sen, Habermas, Nussbaum, creen en cierta forma de diálogo que nos permita defender críticamente principios, normas, capacidades básicas. 

Todo muy bien hasta aquí, sin embargo, sus posturas tienen que enfrentar un problema común: las condiciones del diálogo, porque dialogar razonablemente no es sentarse en una mesa, se requiere, además, que las partes estén dispuestas a escuchar las razones de los otros y aceptarlas si son mejores. Y claro, por aquí siempre cojeamos los defensores del diálogo, pues en el mundo que habitamos, las personas no son razonables (en parte porque no les enseñamos a serlo, queremos una sociedad que dialogue pero nunca enseñamos a dialogar en las escuelas.

Después del pronunciamiento del CT de la FFyL, y de la adhesión de las dependencias, la supuesta contraparte que dialoga (mi eufemismo para los que ocupan el Che Sierra y cerrado), hicieron una de esas asambleas tan peculiares y no acordaron nada excepto, y cito al diario La Jornada "que se desconocerá el documento promovido por el CT de la FFL que exige la reintegración del auditorio a la UNAM". Esto no quiere decir que no estén dispuestos a dialogar, lo que sí parece implicar, es que hay un punto del que no piensan moverse un ápice, y uso su retórica, "la inaceptable entrega del Che a las autoridades, pues es un espacio recuperado y ahora abierto, para el movimiento social", o algo así.

Parece que "los mecanismos universitarios" se las verán negras. Llevan años viéndoselas negras en este asunto y el motivo es obvio: dialogar con un tipo intransigente es, por decir lo menos, perder el tiempo (nuestro tiempo perdido es su tiempo ganado).
La exigencia, para que sea fuerte, no puede ser sólo retórica. Es necesaria una hoja de ruta puntual que muestre que no sólo nos acompaña la fuerza de la razón (subrayo que en ningún instante pienso en la violencia, eso es un despropósito), sino también de la legitimidad. La UNAM es de todos, no de quienes toman sus auditorios a la fuerza.
Por último, pregunto: ¿y la sociedad dónde está? ¿Dónde los partidos políticos, las ONGs, los campesinos, el congreso, los sindicatos, las otras universidades del país, la ANUIES, los empresarios, los abogados, los médicos, los artistas, los poetas ¿qué no la UNAM es de todos? ¿Acaso estamos solos? ¿acaso la sociedad mexicana no debería exigir la restitución del auditorio a la UNAM, para que vuelva a ser un espacio abierto a todos?

P.D. (Un saco que les queda a muchos) apoyar no es recriminar ni decir que las autoridades universitarias son inútiles, eso además de bajeza es ignorancia.


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