5.8.13

Días de facultad XX

En el artículo pasado sugerí abrir la discusión al interior de la comunidad universitaria sobre cómo recuperar el auditorio Justo Sierra. Esto, tras 13 años de que un grupo de colectivos lo utilice para fines ajenos a su papel primordial: la formación y difusión de conocimiento.
Los grupos que lo tienen ocupado dicen luchar por una sociedad más justa y, sin embargo, en su empeño dañan una de las instituciones más importantes en la construcción de la justicia: la universidad pública, que es uno de los motores primordiales para abrir oportunidades y hacer que la sociedad deje de ser tan desigual, pues, entre otras cosas, impulsa la movilidad social.
La ocupación del auditorio daña a la UNAM en al menos estos dos aspectos: primero, le da argumentos a quienes quieren atacar a la institución para decir que es caótica, un desperdicio de recursos públicos, etc. Además, deja abierto el lacerante capítulo de la huelga del 99. En casi 3 lustros no hemos podido darle vuelta a la hoja. Es doloroso.
Y segundo, la ocupación daña porque le quita a la Facultad de Filosofía y Letras un espacio fundamental para llevar a cabo su labor. Por ejemplo, los alumnos de Teatro no pueden usarlo para dar sus funciones. Además, en su interior no pueden llevarse a cabo encuentros, conferencias, debates entre universitarios.
Yo me pregunto si no resulta paradójico que una ocupación que comenzó por defender la gratuidad de la universidad pública, privatice de facto uno de sus espacios icónicos. Y lo privatiza no sólo porque está en manos de los ocupantes decidir quién puede usarlo y de qué manera, sino que además le genera recursos a alguien. ¿Quién estará lucrando política y económicamente con la ocupación?
La junta de gobierno reeligió a la directora de la Facultad hace apenas unos meses, yo esperaría que entre sus proyectos se encuentre trabajar en pos de la recuperación del auditorio Justo Sierra, estoy convencido de que buena parte de la comunidad universitaria respaldaría a la Dra. Villegas en un intento de lograr tan esperada vuelta a la normalidad.
La Facultad de Filosofía y Letras es el gran semillero de las humanidades en nuestro país, hay que fortalecerla.

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