3.10.12

Días de facultad VII


Desde que estudié la licenciatura en la Facultad de Filosofía y Letras, en la segunda mitad de la década de los 90, los baños eran un desastre; similares a los de una gasolinera sucia. 15 años después, las cosas no han cambiado mucho, con todo y que en el tercer piso hicieron un gran baño para tratar de dar salida a las necesidades de miles de estudiantes. Hablo del baño de hombres. 

El famoso baño del tercer piso tiene un grave problema: cada tanto esta cerrado (sobre todo en horas pico, que claro, coinciden con el horario de comer). Esto conduce todas las necesidades a los pequeños baños de los pasillos perpendiculares. Y entonces se desbordan, lo que desgraciadamente no siempre es una metáfora: he visto charcos inundando los corredores; la última vez, el pasado martes 4 de septiembre. Y la pregunta obvia es ¿de verdad no pueden mantener abierto el baño más importante de la facultad todo el día? 

No sé si exista el dato de cuantos mingitorios por alumno debe tener un lugar, pero a todas luces, en la Facultad de Filosofía hacen falta.  Y no me queda duda de que ese trato es, si no vejatorio, pues la palabra es muy fuerte, sí displicente. No es que los humanistas seamos poco cívicos, es que las instalaciones han quedado obsoletas: en los salones faltan sillas, los escritorios están rotos, la biblioteca cierra en vacaciones, aún hay pizarrones donde usamos gises, que además tienen que ser color rosa, porque ningún otro color se ve. Y están los baños, ese río de plegarias no atendidas, por citar a Capote (que no tiene nada que ver con este artículo).

Además, lo que digo no sólo es de mi propia cosecha, si vemos la Encuesta de Estudiantes de la UNAM que levantó el SES-UNAM, en 2011 podemos constatar que el 68.5 por ciento de los estudiantes de la facultad contesta con un “no rotundo” a la pregunta: “¿Consideras que los baños de tu escuela/facultad están limpios?”. Lo que está unos puntos arriba del promedio de la respuesta que dan los estudiantes universitarios en conjunto, que es “no rotundo” 61.4 por ciento. 

Por donde se quiera ver es terrible, es fácil leer estos números, desde los ojos de los alumnos de la UNAM los baños son un asco. Y desde los ojos de Filosofía y Letras un poco más asquerosos. Sé que la Universidad tiene muchas necesidades y problemas, pero no me parece descabellado lanzar un plan de “baños limpios”, que tendría que atacar muchos frentes, empezando por construir más baños. ¿Queremos ser una universidad de primer nivel? También hemos de revisar las condiciones cotidianas de estudio.  No todo está en los centros de investigación y los institutos. La Universidad pasa por las escuelas y facultades, aunque parezcan dos mundos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo