21.9.11

Reflexiones sobre el caso Mendicuti


Edith Ruiz Mendicuti se hizo famosa por sus declaraciones fuera de lugar, su soberbia, su cinismo, su ignorancia y sobre todo por no entender nada del papel que debería desempeñar como presidenta de la comisión de cultura de la ALDF. Se hizo visible porque pensó que podía decir, sin que nadie le pidiera cuentas, las cosas que dijo (hago una glosa): “presido la comisión de cultura porque fue la que quedó libre y a mí, gracias al papel que desempeño, me toca presidir una comisión”. Su desfachatez es terrible y desnuda la pobreza de la democracia en la que vivimos:
  1. porque muestra cómo los representantes populares se reparten las posiciones de poder para pagar favores y no para avanzar en la creación de mejores leyes que favorezcan a la sociedad.
  2. Y porque muestra que los ciudadanos no vigilamos lo que nuestros representantes deciden: Ruiz Mendicuti llamó demasiado la atención por su descaro y sus errores, pero si hubiera sido más discreta, ¿quién la hubiera notado?
Del caso Mendicuti debemos aprender todos, la ALDF debería tener normas que evitaran que sus comisiones se repartan como un botín. Por otro lado, los ciudadanos deberíamos vigilar más de cerca a quienes nos representan. Y al hacerlo, por supuesto, exigirles resultados, que rindan cuentas. Así, no debemos permitir nunca más una respuesta como la de Ruiz Mendicuti (soberbia, grosera) a las exigencias de los ciudadanos, los representantes populares deben aprender a ser exigidos sin que se sientan insultados: no son dioses de mármol en curul.
Hoy entregaremos en la ALDF una carta similar a la que sigue, resultado de reunir dos cartas distintas que compartían el mismo espíritu:

Diputados:

Los ciudadanos que firmamos esta carta exigimos que la ALDF destituya a Edith Ruiz Mendicuti como presidenta de la comisión de cultura pues nos parece que ha dado muestras de sobra de no tener el perfil idóneo para dirigir tal comisión.
También solicitamos que la ALDF revise su reglamento y realice los cambios pertinentes para que nunca más una comisión tan necesaria y frágil como la de cultura quede en manos de un personaje tan contrario al espíritu de la misma. Nos queda claro que al nombrar a Edith Ruiz Mendicuti los diputados de la ALDF mostraron la forma en la que entienden la política y la cultura: es terrible, no queremos que nos representen así. 

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