U2

Pienso en U2 porque hace unos días me pidieron mi opinión sobre ellos para una revista, no la di porque estaba en jauja. Pero acepto que escribo de manera oportunista: hoy empiezan en el Azteca sus conciertos.

U2 me maravilló durante todos los 80. Hoy entiendo que no por su calidad y originalidad, sino por mi inocencia, carajo, piensen que al final de esa década tenía menos de 15 años.

En el 93 —y no tengo que ir a Wikipedia para recordar la fecha, estaba en Francia, y me tocó ver en francés  la final de la copa America entre México y Argentina con Batistuta hecho un maestro— salió Zooropa, fue el último disco que compré de la banda esta. Ya entonces les iba perdiendo cariño gracias a Achtung baby. Pero sin duda Zooropa terminó por aniquilar mi fanatismo (todo fan es adolescente o Bin Laden). Ya iba yo por los caminos de Deee-lite

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U2 es detestable, se cuelgan de todo: van por los estilos como veletas, defienden causas para lavar sus culpas. ¿Qué culpas? Culpa cristiana irlandesa. Saben de su mediocridad y usufructúan con ella llevando a millones de personas a sus conciertos como si fueran Moisés en el monte Sinaí, pero claro, al menos él bajó con una revelación ¿Qué les va a revelar U2?

Hoy les puedo decir que me da lástima que el concierto no fue el 10 de mayo, sin duda muchas de mis contemporáneas que hoy son madres hubieran ido felices a rememorar su secundaria. U2 es como los panchos pero sin boleros.

Les recomiendo ampliamente el texto de Rodrigo Alcocer, él sí sabe odiar a U2 está en la página 17 de www.frente.com.mx