18.8.10

Código de Ética

En los dos artículos recientes hablé de la honestidad académica y de cómo desgraciadamente en las aulas nos topamos con su ausencia. También mencioné, tangencialmente, que el asunto de la honestidad académica va mucho más allá de la relación profesor-alumno. Al menos podemos identificar otras tres relaciones académicas: la relación que hay entre académicos, que no siempre se lleva en los términos más honestos y leales; la relación entre los académicos y el personal administrativo y, por último, la que para mí reviste la mayor importancia: la relación que hay entre academia y sociedad. Es posible que más adelante vuelva a estos temas; sin embargo, hoy me centraré en proponerles un “código de ética” para los estudiantes.

Antes, no obstante, debo hacer algunos matices. El primero y más obvio es señalar que abunda, sobre todo en el mundo anglosajón, este tipo de códigos. Por ello, el que aquí propongo puede parecerse a otros, lo que, por más que parezca extraño, resulta bueno: quiere decir que compartimos valores y, por tanto, las normas que de ellos se derivan.

A la luz de lo anterior, puedo explicar que desde mi punto de vista un código de ética es un conjunto de normas que regula la relación entre aquellos a quienes va dirigido. De tal forma, un código de ética médica regula la relación médico-paciente y un código de ética periodística, la relación entre reportero y lector. El código de ética para estudiantes regula la relación entre estudiantes y profesor. Estas normas se desprenden de valores que propongo como fundamentales. Por supuesto, un código de ética se puede criticar en al menos dos niveles: en la base, es decir, atacando sus principios, y en el procedimiento, al afirmar que las normas que propone no se derivan de los valores básicos. Ahora, claro, los principios o valores en los cuales se puede basar un código pueden ser muchos, por eso refiero aquí los más importantes:  libertad de pensamiento, integridad, disciplina, creatividad.

Éste no es el espacio para defender los valores que, según digo, están en la base del código de ética que propongo; sólo digamos que son ideas que, si tomamos como criterio de conducta, producen acciones que valoramos casi irrestrictamente en el trabajo académico. Porque las valoramos, son valores.

El último punto que me parece necesario señalar, y que ya se verá en el código mismo, es distinguir entre los tipos de obligaciones que éste trae consigo, en esto podemos decir que soy kantiano. Por un lado, tenemos deberes estrictos y, por el otro, amplios. Los primeros traen consigo obligaciones rigurosas; los otros, al cumplirse, van acompañados de mérito. En el caso de este código, faltar con los deberes estrictos se sanciona, cumplir con los amplios acarrea reconocimiento y seguramente, pero eso depende de cada quién, satisfacción.


Código de ética para estudiantes

Todos los alumnos deben tomar en cuenta las siguientes normas que son la base de la conducta que se espera de ellos, digámoslo así, de la buena conducta académica.


Las normas establecen dos tipos de deberes: amplios y estrictos. Cumplir con los primeros trae consigo reconocimiento y satisfacción, no cumplir con los segundos acarrea algún tipo de sanción.


Deberes amplios (mérito):
1. Pensar libremente y de forma 
creativa.

2. Tener responsabilidad social (estudiar, ya no sólo filosofía, debería hacerlos mejores ciudadanos y también mejores personas).

3. Dar razones, hacer autocrítica y aceptar la crítica de los demás. La terquedad es un vicio. 

4. Estudiar (no solamente leer) los textos solicitados.

5. Tomarse el tiempo debido para preparar sus trabajos.

6. Ser solidarios con sus compañeros, el conocimiento es diálogo.

7. Reconocer sus puntos flacos (primero en términos académicos: mala ortografía y redacción, baja capacidad de entender las lecturas y las ideas, desconocimiento de otras lenguas, falta de interés, por decir algunos; después, como personas: egoístas, perezosos, etcétera) y hacer algo por solucionarlos.


Deberes estrictos (sanción): 
El incumplimiento de cualquiera de estas normas trae consigo reprobar la materia y una carta del profesor a la coordinadora de la carrera, reportando la reprobable conducta, para dejar 
constancia. 

1. Evitar a toda costa el plagio; las ideas de otros pueden usarse, pero con su debida referencia. Por supuesto que esto se extiende a internet. Copiar y pegar su contenido es una falta grave. 

2. No falsear o inventar información.

3. No hacer, a sabiendas, argumentaciones engañosas (aquí la lógica resulta fundamental y es el único caso en el cual, por ignorancia, quedan eximidos de sanción).

4. No copiar en los exámenes: no se trata de obtener una calificación, sino de aprender. 

5. No entregar trabajos de otras materias. La idea de hacer trabajos es aprender a hacerlos. 

6. Ser tolerante y respetuoso. No todos pensamos igual y eso es normal en un mundo plural. Se espera que los alumnos eviten las ofensas. Cualquier acto de discriminación y de violencia verbal es completamente inadmisible ya no sólo en la universidad, sino en la sociedad.


Apunte final: por supuesto que este código de ética queda a disposición de cualquiera de los lectores que quiera utilizarlo en sus aulas. Además, agradecería mucho que colaboraran conmigo para hacerlo más amplio, espero sus sugerencias y comentarios en mi correo electrónico.

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