6.2.10

el revuelo de las alianzas

La democracia es una alianza, un pacto en contra de la injusticia, un contrato entre aquellos que creen en los métodos democráticos no sólo para elegir gobernantes y legisladores sino, sobre todo, entre aquellos que creen en las reglas y formas democráticas como la mejor forma de conducirse en la vida pública, ya sea desde el gobierno o desde la ciudadanía.

Así pues, la democracia es un acuerdo donde se establecen ciertos principios de justicia que garantizan los derechos de las personas a, por decir lo menos, reunirse, expresarse, votar, a desarrollar sus ideales y alcanzarlos. Es, entonces, un espacio donde todos los ciudadanos gozan de los mismos derechos básicos y donde las diferencias entre ellos se dirimen dando argumentos.

Entre otras cosas, la democracia es un diálogo justo, un proceso donde primero se garantizan las libertades y luego se debate. Y es que para argumentar se tiene que ser libre. ¿Cómo defender una postura bajo la amenaza de un fusil, de la ignorancia, del hambre? Es posible, pero no es justo. En este sentido, la ciudadanía es anterior a la ideología. Antes de discutir si se debe invertir en esto o en aquello, permitir o no tal cosa, las derechas y las izquierdas democráticas deben pactar y garantizar el goce de los derechos básicos. Sólo así se abre el espacio para escuchar los argumentos de las partes y decidir.

Digo todo esto por el gran revuelo que han causado las intenciones de la derecha y la izquierda partidistas de aliarse para alcanzar un cambio de gobierno en varios estados de la república en los que urge impulsar la democracia —el caso de Oaxaca es emblemático—. Se les acusa de oportunistas y, sobre todo, de mentirosos, mercaderes de la política, faltos de escrúpulos que sacrifican sus posturas ideológicas, que se hallan encontradas de manera irreconciliable en temas fundamentales — el matrimonio entre homosexuales, el aborto, por decir sólo dos—, en pos del poder. Y claro, no es gratuito que muchos desconfiemos de sus intenciones, porque desgraciadamente es posible y probable que la finalidad de sus acuerdos sea únicamente arrebatarle el poder al PRI y no, como es deseable, transformar democráticamente esos feudos autoritarios. El triunfo panista del 2000 es un ejemplo, poco han transformado. Pero el PAN llegó solo y sin mayoría. Las alianzas tendrían que ser distintas.

Defiendo, como cualquier demócrata, los pactos contra el autoritarismo. Ahora, claro, acuerdos honestos, que de verdad se propongan derrotar el autoritarismo y abrirle las puertas a la pluralidad. No farsas.

¿Y cómo garantizar que no nos engañan? Para empezar, estas alianzas tienen que basarse en programas políticos abiertos al público y que sean claros, precisos: se trata de acordar los cambios necesarios, enumerarlos y una vez en el poder —tendrían que alcanzar mayoría en el congreso— implementarlos. ¿Con qué cara, si se cumple la condición del triunfo en el ejecutivo y una mayoría en el congreso, podrían mirar a la ciudadanía y mantenerse en el gobierno si no cumplen con estos mínimos que ellos mismos pactaron? Porque el PAN se excusa en que no han tenido mayoría para llevar a cabo sus promesas. Ahora, la historia de una alianza con mayorías sería distinta ¿dónde podrían esconderse si incumplen sus dichos? Estos pactos son en realidad una buena oportunidad para los políticos de mostrar que pueden ser honestos, sólo necesitan cumplir lo acordado, que además, en este caso, es un contrato público y posible, no promesas al aire.

En fin, me parece que sería bueno y que incluso es necesario, que se alcancen estos pactos alrededor de ciertas propuestas de transformación, alianzas que cumplan con la siguiente condición: dígannos antes qué van a cambiar, ley por ley, artículo por artículo, para que después les demos el poder de hacerlo. Y sean honestos.

Una pregunta queda en el aire: si los partidos son capaces de aliarse para democratizar los estados de la república ¿por qué no son capaces de pactar para transformar el país? ¿por qué la voluntad se termina en Hidalgo, Puebla y Oaxaca? Hace años que debimos transitar a la democracia de la mano de pactos. Vicente Fox y Cuauhtémoc Cárdenas tendrían que haber acordado los cambios necesarios y llevarlos a cabo con un gobierno de unidad, haciendo a un lado la ideología. Pero sucede que nuestros políticos no hacen grandes pactos, no sé si por mezquinos o porque no confían en el otro, quizá no pueden, quién confía en los demás en la tierra de los deshonestos.

¿Y en el PRI no hay demócratas? ¿y en el PAN y en el PRD no hay personajes proclives al autoritarismo? Urge que pacten los demócratas de todos los partidos y transformen este país, supongo que en el congreso tenemos mayoría, o será que la tienen los fundamentalistas y los autoritarios. Habrá que ver.

Bookmark and Share

4 comentarios:

  1. hola, antes que nada quiero confesar que visito su blogg continuamente por que sus opiniones me parecen totalmente constructivas, seria bueno que uno que otro politico o simplemente una persona cualquiera se hacercara al filosofo para poder reflexionar, para poder cultivarse.
    sin duda, el asunto que menciona hacerca de las alianzas entre partidos politicos es algo, que a mi punto de vista, es una jugada mas para conseguir poder y bienestar propio, en lugar de el bien comun, sin embargo, tambien quiero creer en que en el pais la democracia es posible de practicarse; ademas de que como menciona si los politicos quieren que creamos en ellos tienen que cumplir sus promesas. ojala que algun dia los partidos se unan, no para buscar el poder, si no para buscar el bien comun.

    ResponderEliminar
  2. Estoy de acuerdo, sin duda necesitamos un pacto de demócratas para cambiar este país. Gracias por visitar el blog.

    ResponderEliminar
  3. ¿Quién dice que la democrácia es para México?
    Seguir un modelo por copiarlo de los EEUU (Zedillo y sus Tecnocratas) núnca fue la solución para el pueblo mexicano.
    La democracia no es de partidos, ni de gobiernos, es de la gente,(demos)del pueblo. En la democracia se usa la primera persona "Yo" y "Nosotros" y no el "ellos". En democracia todos somos parte del problema y la solucion. Pero en los blogs, entrevistas, solo escucho "ellos no hacen (gobierno, policia, maestros, etc) y nunca reconocemos que somos los que creamos el problema...
    Nuestro pueblo es un pueblo de recibir (ordenes, ayuda de otros, mas que auto-ordenes, auto determinacion propia),es de copiar a otros paises, mas que crear una formula propia, de "lo pirata". Y no digo precisamente que sea malo, pues en la imitacion se manifiesta la admiracion...
    por esto pienso que deberiamos ver hacia un sistema como el de Singapur, con un lider autoritario, donde el crimen, ni escupir, ni ensuciar las calles son tolerados. Donde la educacion es obligatoria y proporcionada por el gobierno, y donde los estudiantes son forzados a la excelencia. La tecnologia y los rascacielos surgen donde antes había arrozales.
    El inglés sería idioma oficial (pues ya que en nuestro país los anglisismos se usan comunmente) seria un "plus".
    En México añoramos un monarca, un dictador, una persona con "huevos" que ponga orden....
    pues porque entre todos no lo podemos hacer.
    La democracy fue un fad fashion de los 90s, que ya no queda...

    ResponderEliminar
  4. Estoy de acuerdo con usted en que la democracia es de "nosotros" y por ello de "nosotros" depende ponerla en marcha. Ahora, ni es invento estadounidense ni me parece que se pueda hacer una defensa seria del autoritarismo

    ResponderEliminar

Archivo